CHARO DEJÓ SU IMPRONTA Y SE LLEVÓ EN SU VOZ LA ESENCIA DE ALUMINÉ
Charo Bogarín trajo su espectáculo este año a Aluminé para participar de los festejos de la última Fiesta del Pehuen y estuvo también durante agosto debido al rodaje de “Aimé” la serie, protagonizando una escena hablada en mapuzungun junto a Guillermina Aigo, oriunda del paraje Ruca Choroy. A raíz de aquella última visita, cautivada por la riqueza natural y cultural que caracteriza la zona, Charo manifestó su deseo de un regreso próximo, mientras tanto Aluminé preparaba su cronograma de actividades por el mes aniversario por lo que era la excusa ideal para un pronto retorno.
La cantante, compositora, actriz y periodista, Charo Bogarín, desnudó las raíces del canto originario argentino, en su paso por Aluminé. Expuso con gran impacto y convocatoria su taller de Canto Nativo, con el que recorre el país arrastrando e incorporando lo que en ellos recoge, y cerró con la presentación de su trabajo como solista. En su visita, además, recorrió diferentes parajes del departamento a fin de conocer la cultura ancestral extendiendo su cariño a las diferentes comunidades que preexisten en la región desde el origen de los tiempos.
Portadora de una voz suave que toma fuerza cuando habla de sus orígenes, Charo Bogarín cuenta su historia inmersa en un destino que se presume escrito. Es la vocalista de un dúo de “Folclore con nuevas raíces” llamado “Tonolec”.
Cabe resaltar que Charo es recopiladora y en cada una de sus visitas a comunidades genera un intercambio de conocimiento aportando desde el canto y relatos de su cosmovisión Guarani- Qom, como así también recibiendo los cantos nativos y las leyendas locales.
En ese sentido el primer día recorrió el valle de Ruca Choroy donde visitó a dos personas emblemáticas: Doña María Antonieta y Don Amaranto Aigo, quienes todos los años participan de la plantación del Pehuen con su plegaria en el marco de la fiesta que le rinde homenaje. Doña María compartió un emotivo Tahil, canto en Mapunzungun al Pehuen, ante la mirada atónita de Charo y los presentes. A continuación se dirigieron a la Ruka de Sergio Lefiche, un kimeltufe (maestro) de la comunidad Ruca Choroy, con quien compartieron una especial charla. Al finalizar la jornada llegaron hasta la seccional del Guardaparque, Fabián Roca quien siguió enriqueciendo la jornada con sus aportes. Las visitas continuaron al siguiente día, esta vez acompañados por el Guardaparque de Ñorquinco, llegaron hasta la casa de Rosalia Barra de la Lof Puel en el paraje de La Angostura, donde compartieron toda una mañana y el almuerzo intercambiando conocimientos, anécdotas y experiencias del pueblo Mapuche. La cantante agradeció “especialmente a todas las familias que abrieron sus puertas para recibirnos, al pueblo de Aluminé que nos abrazó y a Juan Sabalsa, de Parques Nacionales que puso la logística necesaria para que podamos trasladarnos con facilidad por la zona”.
Las personas que asistieron al taller pudieron aprender diversos cantos ancestrales acompañados con instrumentos típicos de la música nativa argentina. Se trabajó en base al canto colectivo, característica esencial de su cultura. En otro tramo del taller se charló sobre la cosmogonía de los pueblos a cerca del valor de la tradición oral, el traspaso de cantos de generación en generación, su comunión con la naturaleza, el poder sanador del canto y la importancia de la Ronda de canto en la vida de las comunidades originarias.
Charo comentó que “cuando hemos olvidado nuestros cantos originarios, también olvidamos el sentido de elevar la voz y cantar. Al trabajar con los cantos originarios, lo primero que aprendemos no está solamente para pasar un buen momento sino que tiene un significado más profundo ya que se utilizan para las sanaciones. Es recuperar ese primer sentido, entonces le cantamos a la naturaleza, a los sentimientos y los procesos en comunidad y colectivos”, además agregó que “en ese momento es cuando el canto comienza a funcionar de manera diferente… por eso lo hacemos juntos y no hay nadie que se destaque dentro de ese canto. Es vivenciar a través de lo energético, de escuchar y repetir. Creo que hay algo mágico en esto de trabajar con lenguas que son ancestrales y que despiertan en nosotros un espíritu anterior o una conexión con los seres originarios de nuestra tierra”, cerró.
El último día de visita terminó con un espectáculo gratuito que frente a un salón repleto de espectadores emocionó con un repertorio lleno de sorpresas. Charo presentó su nuevo proyecto solista que recorre con su voz los ritmos y lenguajes musicales de nuestro continente sudamericano. Dispuesta a expandir su canto por el continente, trayendo consigo un vasto recorrido musical al lado de los pueblos originarios del norte de Argentina, irrumpe ahora en la escena musical. Acompañaron la presentación los aluminenses Matias Hermosilla, Elías Temi y Pablo Jousse, con quienes había realizado un intercambio en el taller de canto nativo dictado el día anterior.
Nutrida por la manera de cantar de las mujeres nativas de las etnias argentinas y del estudio del canto lírico, la artista logra un sonido único y poderoso, ancestral y moderno a la vez. Sus composiciones nos recuerdan a grandes artistas de este continente que dejaron honda huella como Chabuca Granda y Violeta Parra; y nos traen a recuerdo figuras emblemáticas del continente como Frida Khalo y Diego Rivera, contándonos en canciones historias desconocidas que atraviesan a nuestros íconos latinoamericanos.
Charo llegó a Aluminé para alimentarse de la cosmovisión mapuche, recorrió parajes, visitó casas y devolvió a la comunidad una representación encarnada en su voz llena de viento e historias que calaron hasta el hueso de los espectadores. Una ovación despidió a la cantante que cerró así su visita de cuatro intensos días en la localidad de Aluminé.