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El río abraza la localidad y centraliza las actividades más relevantes en diferentes épocas del año. La playa municipal es la más elegida por su amplitud, cercanía al pueblo, actividades organizadas, presencia de guardavidas y servicios del camping parador organizado “La Playa”. Con una especial costa con corriente calma y abundante arena, son los niños los que más disfrutan de este sector del río debido a la amabilidad del agua.
Además, el río alcanza una extensión de caso 200 kilómetros y cuenta con numerosos accesos que hacen posible la privacidad y el disfrute sobre la arena y la sombra.
Capital nacional del kayak y paraíso de pescadores, Aluminé tiene como protagonista principal al río homónimo y sus diferentes afluentes como el Quillén, Ruca Choroy y Pulmarí, en cuyas aguas habitan truchas arco iris y marrones de buen porte. Por ello una buena cantidad de pescadores regresan todos los años, mientras los especialistas acuerdan cada vez más en que es uno de los “mejores ríos para pesca con mosca”.
El Rafting en el río Aluminé se ha convertido en una de las principales actividades de la zona superando cada año su récord de visitantes. Seguramente por sus variantes dificultades que hacen posible el disfrute de toda la familia, ya que encontramos sus vertiginosos rápidos y en contraste sus calmos sectores en los que niños y personas mayores o con alguna dificultad física pueden sentirse a salvo. Las bajadas por las transparentes aguas se enmarcan en un paisaje idílico entre Bosque Andino Patagónico y Estepa interrumpido por imponentes formaciones rocosas, hogar de cóndores, bandurrias, águilas moras, ciervos, zorros, patos de los torrentes y truchas.
El Río Quillen es considerado uno de los mejores para la pesca deportiva. Recuerda al famoso Malleo, aunque más corto y con mayor proporción de correderas. Su variada conformación, y la calidad de sus salmónidos, lo transforman en un curso ideal para técnicas sutiles. Nace en el lóbulo este del lago Quillen y desemboca en la margen oeste del río Aluminé, en el paraje conocido como Rahue.
Por su parte el Lago Quillen es de origen glaciar, con una superficie aproximada de 2300 hectáreas. Ocupa un valle rodeado de hermosos paisajes de bosques de coihues, lengas y araucarias, que conforman parte del bosque andino patagónico. Está incluido dentro del Parque Nacional Lanín, que protege su vegetación y fauna naturales. Por estar alejado de grandes poblaciones, la vegetación natural de sus costas permanece en buen estado de conservación, así como la población de salmónidos de sus aguas.
Su forma alargada y encajonada entre altas montañas, con una pronunciada curva hacia el centro del mismo, hace muy atractiva su navegación a remo o a motor, y es un interesante destino de pesca de salmónidos. Al fondo del lago se divisa la silueta del volcán Lanín, dándole a su cabecera este una hermosa perspectiva.
El camino de acceso al lago se continúa con un camino, que permite acceder al cercano y pequeño lago Hui Hui, que pertenece a la cuenca del lago Quillén.
Se trata de un camino de 100 metros de desnivel que en otros tiempos era utilizado por vehículos y hoy se encuentra en desuso, por lo que se puede disfrutar a pie o en bicicleta.
Si realizan el camino completo desde el área de servicios del Parque son unos 13 kilómetros de caminata en total, bordeando el lago Quillén. Una segunda opción es conducir hasta la zona de acampe de Pudu Pudú, donde comienza oficialmente el sendero, y desde allí son solamente 7 kilómetros que se pueden recorrer en una hora y media o dos de ida. Hay que tener en cuenta que en el lago Hui Hui no se puede acampar ni fuego en sus orillas, por lo que hay contar el tiempo de regreso.
Los visitantes podrán disfrutar de una agradable caminata a través de un bosque con cohiue, robles y ñires, y a la izquierda se observa la ladera del cerro Desfiladero, donde el bosque cambia y se ven otras especies y restos de viejos arboles ya muertos.
En un punto del camino se llega a un mirador desde el cual se ven el Lago Hui Hui y sus dos islas y a partir de allí el sendero comienza a bajar hacia una pampita. Unos metros más adelante se llega al lago, donde hay una pequeña playa de canto rodado.
Se puede solicitar información sobre el sendero en un puesto de información de la secretaría de Turismo de Neuquén en Rahue o sino en la sede del Parque Nacional que está antes de llegar al lago Quillén.
Posee alrededor de 530 ha, cuya costa sur pertenece al Parque Nacional Lanín. Está ubicado en la faja cordillerana de la provincia, rodeado del bosque andino patagónico, con abundante presencia de pehuenes, que no ha sido alterado por la presencia del ser humano.
En sus cercanías, el paisaje permite disfrutar de las costas de los lagos, cascadas, bosques de lengas y araucarias. Sus costas no tienen población permanente, a excepción de la vivienda de un guardaparque y algunos campings, la mayoría agrestes.
En el lago Ñorquinco mueren pequeñas cascadas de desagüe, y el visitante puede acceder a su vista en una caminata de apenas media hora. Para los más aventureros, un sendero muy bien demarcado permite acceder en 5 horas a pie a la cascada Coloco, un eterno salto de agua de 30 metros que destaca por su fuerza y voluptuosidad.
Rodeándolo todo, las montañas se presentan frondosas, cubiertas por bosques de lengas y cohiues en los que conviven variadas especies de pájaros, como el huet huet o el colilarga, junto a las coloridas lagartijas iridiscentes que sorprenden al caminante a su paso, o los escurridizos tuco tuco, tímidos roedores que sólo muestran su presencia en prolijas madrigueras que los cobijan de la luz solar.
En las zonas bajas de los valles, el roble pellín se mezcla con frambuesales que exhiben sus sabrosos frutos, secundando a los emblemáticos pehuenes. Este lago es el más importante del grupo que da origen al río Pulmari. Con un desarrollo de línea de costa (DLC) bastante elevado, ofrece numerosas bahías y varias desembocaduras de arroyos, como el Pilhue y Nompehuen. Lo rodea un paisaje de transición con araucarias en su cabecera este, mientras se vuelve realmente boscoso en la medida que nos acercamos a la cordillera.
El Ñorquinco es reconocido como el lago que alberga las mejores truchas marrones de la subcuenca del río Aluminé, con trofeos de 3 a 4 kg.
Su margen más accesible es la norte, cercana al trazado de la R.P. Nº 11. Allí existen varios campings, bajadas de lanchas y almacenes donde aprovisionarse.
El Lago Pulmarí posee una superficie aproximada de 160 hectáreas. A diferencia de la mayor parte de los lagos de la región, se trata de un lago de poca profundidad, costas suaves y aguas relativamente tibias. Las zonas de escasa profundidad están pobladas de juncos y otras especies palustres. Sus costas están pobladas por un bosque ralo, con presencia de especies de clima semidesértico.
Ubicado en el amplio valle del río Pulmarí, el lago de ese nombre recibe el desagüe del vecino lago Ñorquinco.
La Cordillera de los Andes, el bosque y la inmensidad de la estepa patagónica convergen en el lago Pulmarí. Entre formaciones de piedra volcánica asoman los pehuenes. Ñires, lengas y cipreses dan marco a este imponente paisaje. Fauna exótica como el ciervo colorado y más de 170 especies de aves conviven en uno de los parajes más excitantes del sur argentino.
Sobre la costa del lago se encuentra el mirador “Piedra Pintada“, el cual recibe el nombre por encontrarse en su parte superior, vestigios de petroglifos rupestres, que demuestran la existencia de antiguas poblaciones que habitaron estas tierras. Este es un excelente punto para contemplar el paisaje del lago y su entorno, patos silvestres, y cauquenes.
Pulmarí también ha sido marcado por la historia ya que aquí al finalizar la llamada “conquista del desierto”, en 1884, las cercanías del lago fueron escenario de una de las últimas batallas entre mapuches y el ejército argentino. Posiblemente la “batalla de Pulmari” haya sido la última victoria de los mapuches antes de su sometimiento final.
El lago Pulmari, sumamente pintoresco y rodeado por un agreste paisaje de transición, resulta el principal espejo intermedio del río homónimo.
Es un pequeño y hermoso lago, que los visitantes califican como “mágico”, que se encuentra dentro del Parque Nacional Lanín y está rodeado de bosques de araucarias. El camino que permite acceder al mismo, estrecho y con pendientes muy pronunciadas, evita la afluencia masiva de turismo al mismo. La ausencia de población permanente en sus orillas y proximidades, y la escasa afluencia turística, ha contribuido a la conservación de la vegetación y la fauna en la región. Los bosques de sus orillas son considerados la mayor concentración de pehuenes en forma de bosque de los Andes argentinos.
Este pequeño lago pertenece a la cuenca del río Aluminé, que forma parte, a su vez, de la cuenca del río Negro. Ocupa un amplio valle, rodeado de los cerros Ruca Choroi, Negro y Chohue Cura. Desde sus orillas se puede divisar el lejano e imponente volcán Lanín.
Dos lagunas pequeñas permiten un alto en el camino para tomar fotografías e ir adentrándose en ese paisaje que ofrece avistaje de flamencos, cisnes de cuello negro y diversidad de patos, por la ausencia de población.
Espejo de aguas tranquilas, que encanta con su belleza natural, el Lago Aluminé es uno de los tesoros más preciados que ostenta la vecina localidad de Villa Pehuenia. También de origen glaciario, se ubica a los pies del volcán Batea Mahuida regalando postales hermosas que se completan con el verde de los bosques de ñires y lengas.
Ocupa una superficie de 57 kilómetros cuadrados y cuenta con una profundidad máxima de 165 metros, que lo hacen ideal para las travesías en kayaks y los paseos en veleros. Pero estas son sólo algunas de las posibilidades para descubrir esta obra de la madre tierra: se suman las caminatas por senderos agrestes; el trekking para los más aventureros, y las cabalgatas por la costa. Cada una con sus peculiaridades, todas estas opciones invitan a disfrutar del contacto directo con la naturaleza exuberante que tapiza esta región patagónica.
El Lago Aluminé se destaca también por estar unido a otro ambiente lacustre que no tiene nada que envidiarle: se trata del no menos atrapante Lago Moquehue, que se comunica con el antes mencionado a través de un sector conocido como la angostura.
El lago Moquehue es un espejo de agua cristalina que se ubica al oeste del lago Aluminé, luego de la angostura que separa a ambos lagos. Contiene paisajes de belleza inigualable, con abundante presencia de pehuenes.
En sus aguas es posible la pesca de salmónidos, uno de los objetivos más buscados por los turistas que visitan el lago. También es posible tomar baños en sus aguas relativamente tibias pese a encontrarse a mucha altura respecto a otros lagos de la Patagonia andina.
En el lago se pueden practicar deportes náuticos, realizar caminatas en sus orillas o simplemente pasar el día contemplando la belleza del lugar que deleita a todos los visitantes por su majestuosidad y el aire puro de montaña. Sin lugar a dudas, un lugar ideal para descansar.