Propone paseos perfectos para la pospandemia en grupos reducidos para disfrutar de las mejores vistas de la cordillera, las cascadas, lagos, bosques nativos de araucarias y la nieve.
Aluminé invita y potencia varios atractivos para atraer al turismo cuando vuelva la actividad tras la pandemia. Las posibilidades son muchas: el senderismo, las caminatas de montaña por los lagos y las actividades en la montaña nevada, son la joya del momento.
Muy cerca de Aluminé, a unos 18 km y dentro del Circuito Ruca Choroy existe un lugar donde la naturaleza resplandece. Carrilil es un rincón increíble para agendar, donde los paisajes se combinan con los saberes ancestrales de tres familias integrantes de la comunidad mapuche Lof Aigo.
Los pueblos originarios comparten en esas tierras un proyecto de caminatas guiadas imperdibles. Los llevarán a recorrer el lugar en que la sinuosidad del arroyo Carrilil se interrumpe por siete cascadas y nueve piletones de agua que pueden recorrerse en un tiempo de dos a tres horas con una dificultad media.
En el trayecto, encontrarán chaquiras, restos de vasijas y con mucha suerte trozos de árboles petrificados.
La piedra verde que le da nombre al lugar fue testigo de la resistencia de los pueblos originarios en la época de la conquista. José Luis Pellao es uno de los pobladores que lo sabe y cuenta que el cerro tiene un valor histórico y cultural significativo.
“En la época del malón nuestro pueblo subió a la cima y a modo de defensa comenzó a tirarle rocas a los conquistadores, pero además, invocó al espíritu del toro que con su descomunal fuerza y apariencia, le dio la victoria de supervivencia. Hay quiénes precisan evidencia para creer en las historias. A los mas intuitivos les bastará ese destello de magia que aunque invisible, se percibe en Carrilil. Allí, se respira esperanza”, dice.
Muchos locales para la temporada de invierno se iban a los cerros cercanos, pero la pandemia los obligó a quedarse en el pueblo. Fue así que los residentes de Aluminé volvieron a descubrir Las Horquetas, un lugar hermoso, lleno de aventura, que tal vez conocían, pero tenían abandonado. Nicolás Bermejo estudia guía de trekking, aprendió a esquiar ahí a los 5 años, con el tiempo comenzó a hacer snowboard y esta temporada se reencontró con su primer amor.
“Es un lugar para hacer amigos. Tiene paisajes que atrapan, una vista increíble. Se ve el volcán Lanín, volcán Llaima, el bosque de lengas, donde podés surfear es mágico”, cuenta Nicolás.
Por seguridad siempre llevan un botiquín con lo necesario, radio VHF, un handie con dos señales de incendio y de Parques. Ese mismo cerro, cuando llega el verano, lo utilizan los veranadores con los animales, los amantes de la montaña hacen trekking y los que disfrutan de las estrellas, aprovechan su altura de 2.100 metros para mirarlas.
Para llegar allí, desde el pueblo se demora aproximadamente media hora en un vehículo. Si se elige ir caminando, de una hora 45 a dos horas, dependiendo de las condiciones de la nieve.
La bajada no tiene tiempo, bajan cuando están cansados. No hay apuro, descienden de a poco, de repente se quedan en las cornisas, donde hay nieve polvo recién caída -que es la mejor- y hacen alguna rampa que aprovechan algunas horas, antes de volver a casa.
Unos kilómetros antes de Carrilil, a 11 km de Aluminé se encuentra la laguna López, con gran variedad de aves. A medida que se ingresa al lago, la vegetación deja de ser agreste y da lugar a un bosque de araucarias (pehuén) que se mezclan con ñires, lengas y cañas colihue.
Las posibilidades son infinitas. Por eso, Aluminé busca posicionarse como destino para el turismo pospandemia. Hoy ofrece sus paseos para su microrregión, pero prepara excursiones de pesca en los ríos Pulmarí, Quillén y en el Aluminé. En este río, que le da el nombre al pueblo se practica rafting y la actividad es reconocida mundialmente por ser un paraíso aventurero difícil de replicar.
Aluminé está ubicada en la zona centro-oeste de la provincia, a 350 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Integra el corredor sur o de los Lagos junto a Villa Pehuenia, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Villa La Angostura y Villa Traful. Cuenta con los protocolos sanitarios aprobados y puede recibir turistas de toda esa zona.
El regreso del turismo regional y los días cálidos que comienzan a llegar en septiembre, anticipan el verano. En esta estación, de diciembre a marzo, gran cantidad de visitantes eligen a Aluminé, atraídos por sus atractivos principales: el rafting y la pesca.
Fuente: Diario Río Negro
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